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Llegan las vacaciones, te bajas a la playa o te tumbas al lado de la piscina y vas notando cómo la piel va cambiando la intensidad del color con el paso de los días, adquiriendo ese bronceado que tanto llama la atención. Pero, ¿por qué se broncea nuestra piel?
La exposición solar ayuda a sintetizar vitamina D y a mejorar nuestro estado de ánimo. Sin embargo, en exceso, puede ser perjudicial para nuestra piel. Un mecanismo de protección de nuestro cuerpo es el bronceado y la clave se encuentra en la melanina, un pigmento responsable del color de la piel y el cabello, que nos ayuda a protegernos de los efectos de la radiación solar.
El cuerpo varía la cantidad y distribución de la melanina producida para adaptarse a diferentes entornos. Cuando nos exponemos al sol, se produce más melanina y, por eso, observamos que la piel se va oscureciendo de forma gradual. Este es uno de los motivos por los que cada persona tiene un color diferente de piel, pero también hay que tener en cuenta el factor genético, la edad o, incluso, el consumo de medicamentos, entre otros. De hecho, se recogen 6 diferentes fototipos, en función de la capacidad de adaptación al sol, desde el fototipo I que corresponde a personas pelirrojas con piel muy blanca, ojos azules y pecas hasta el fototipo VI de piel negra.
En cualquier caso, siempre se recomienda un comportamiento responsable ante la exposición solar y la aplicación frecuente de crema solar adaptada a cada tipo de piel, pero ¿qué podemos hacer para preparar nuestra piel para el verano? ¿Cómo podemos aumentar la melanina para un mayor bronceado?
Primero, debemos recordar mantener la piel en buenas condiciones con una adecuada hidratación y una dieta equilibrada y variada que asegure un aporte apropiado de nutrientes antioxidantes para ayudar a protegerla frente a las agresiones externas. Una piel cuidada podrá llevar a cabo mejor todas sus funciones, incluyendo la producción normalizada y uniforme de melanina.
Por otro lado, podemos aumentar el consumo de algunos nutrientes para ayudar a la piel a prepararse para el verano:
Carotenoides
Los carotenoides son compuestos liposolubles pigmentados que confieren colores amarillos, anaranjados y rojizos a las frutas y verduras que los contienen. No se sintetizan por el organismo humano, siendo aportados a través del consumo de estos alimentos.
- Licopeno: es un carotenoide que se encuentra en la piel, cuyos niveles se ven reducidos tras la exposición solar. Por eso, se recomienda el consumo de alimentos como el tomate, la zanahoria, la calabaza o la sandía unas semanas antes de la exposición solar.
- Luteína: es otro carotenoide con función protectora que se localiza en cantidades apreciables en el ojo, además de en la piel, aunque con el paso de los años, sus niveles de concentración puede verse reducidos. El consumo de alimentos como espinacas, yema de huevo o papaya puede ayudar a recuperarlos.
Vitamina E
La vitamina E es una vitamina liposoluble que realiza diferentes funciones esenciales en el organismo, cuyos niveles pueden verse disminuidos con la edad y el envejecimiento. A nivel de la exposición solar, la vitamina E es una vitamina esencial, ya que contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo, que se encuentra incrementado particularmente durante el verano por la continua exposición al sol.
Como es de naturaleza liposoluble, las principales fuentes alimentarias son aceites y frutos secos, aunque también se encuentra en otros alimentos como pueden ser pescados azules o huevos, entre otros.
Zinc
El zinc es un oligoelemento con propiedades antioxidantes esencial para mantener el buen estado de la piel. Podrás encontrarlo en grandes cantidades en ostras, quesos, pipas de calabaza o girasol y huevos, aunque se encuentra presente en una gran variedad de alimentos como carne, cereales y legumbres.
Polifenoles
Los polifenoles son compuestos de origen vegetal que, de forma general, tienen propiedades antioxidantes como el resveratrol, presente en numerosas frutas como moras, arándanos y, sobre todo, uvas.
También las catequinas son compuestos polifenólicos como los presentes en el té verde. En el té negro la cantidad de catequinas es menor debido al largo proceso de oxidación. Las catequinas del té verde ayudan a proteger la piel frente al daño oxidativo producido por la radiación ultravioleta. Además, estos compuestos contribuyen a reducir el envejecimiento celular.
Actualmente también disponemos de complementos alimenticios especialmente formulados para cuidar la piel frente a la exposición solar en combinación con la crema solar. e´lifexir® Esenciall® Piel Canela incluye en una sola cápsula diaria una combinación de resveratrol, licopeno, luteína, zeaxantina, biotina, vitaminas C y B6, así como extracto de té verde que ayuda a proteger la piel de los rayos UV y a reducir el envejecimiento celular. También contiene vitamina E y selenio, que ayudan a proteger las células frente al daño oxidativo, y zinc, que contribuye al buen estado de la piel.
De cara al verano, se recomienda consumir de dos a cuatro semanas antes de la exposición solar para preparar la piel y seguir su consumo mientras dure la misma. Sin embargo, como la radiación solar está presente en cualquier estación, no solo en verano, es posible consumir e´lifexir® Esenciall® Piel Canela a lo largo del año en periodos de 3 meses de consumo y 1 mes de descanso.
Formación Dietista Nutricionista diplomada por la Universidad del País Vasco y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad Complutense de Madrid, con estudios de postgrado en alimentación hospitalaria (Universidad de Navarra), obesidad y factores de riesgo cardiovascular (Universidad Nacional de Educación a Distancia) y legislación alimentaria (Ainia Centro Tecnológico).