¿Quién no ha padecido alguna vez digestiones pesadas? Esa sensación incómoda de plenitud y malestar, como si la digestión se convirtiera en un proceso lento y pesado que necesitara de toda nuestra energía, haciéndonos sentir sin fuerzas ni para levantarnos del sofá.
De forma ocasional, es frecuente que aparezca por uno u otro motivo en algún momento de nuestras vidas, aunque si esa situación es recurrente se recomienda la valoración del especialista.
Sin embargo, ¿cuáles son las principales causas de las digestiones pesadas? El estrés, una inadecuada alimentación, comidas copiosas, comer deprisa o sin masticar correctamente, el exceso de alcohol o café, las comidas hipercalóricas o abusar de algunos tipos de alimentos son algunos de los múltiples factores que pueden causar digestiones pesadas. En general, un estilo de vida y alimentación poco saludable es el punto clave a tener en cuenta, aunque también existen otros factores, como la ingesta de medicamentos o ciertas intolerancias.
Antes de desarrollar algunas de las causas más frecuentes, conviene recordar que nuestro aparato digestivo se encarga del proceso de digestión, mediante el cual los alimentos y bebidas se descomponen en nutrientes, los cuales tienen una función energética, estructural y/o reguladora. Durante todo el proceso de transformación, participan diferentes órganos que segregan enzimas digestivas.
Estamos hablando de un proceso complejo, durante el cual nuestro cuerpo de forma inconsciente debe coordinar todos los órganos implicados y sus distintas funciones. Por ello, en la digestión influyen muchísimos factores, empezando por el tipo y la cantidad de alimento que estamos comiendo, pasando por cómo lo masticamos o lo que estamos haciendo mientras comemos, e incluso afectando cómo nos sentimos.
¿Cómo podemos cuidar y mejorar la digestión? Para ello, recogemos aquí las principales causas de las digestiones pesadas y algunas pistas para evitarlas.