A pesar de que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, de ser la barrera protectora y de tener otras importantes funciones, a veces, no le dedicamos la atención que se merece.

Cuidar nuestra piel incluye escucharla para conocer cuáles son sus necesidades, ya que éstas pueden depender de múltiples factores y no solamente son diferentes en función de cada persona y edad, sino también del momento de la vida en el que nos encontramos.

Podemos ayudarnos de tratamientos cosméticos específicos para cada tipo de piel, pero no hay que olvidar que nuestra alimentación y el estilo de vida que tengamos van a influir directamente en el estado y propiedades de nuestra piel.

Seguir una dieta variada y equilibrada es el pilar fundamental, pero también podemos seleccionar aquellos alimentos que contengan nutrientes particularmente beneficiosos para nuestra dermis. Ahora bien, ¿qué alimentos son buenos para la piel?

Aceite de oliva

Tales son los beneficios del aceite de oliva, que se considera el “oro líquido” de la dieta Mediterránea. Además de contener ácidos grasos monoinsaturados, el aceite de oliva tiene un alto contenido en vitamina E. Esta vitamina es una vitamina liposoluble que ayuda a proteger las células frente al daño oxidativo, ayudando a la piel a protegerse frente a las agresiones externas. Así que no nos olvidemos de añadir una cucharada de aceite de oliva, a ser posible virgen extra, en nuestras ensaladas de verano

Grosella negra

Las grosellas negras, las fresas o la guayaba son frutas con un alto contenido en vitamina C, incluso más que la propia naranja, que de por sí es rica en esta vitamina. Esta vitamina antioxidante es esencial para la piel ya que ayuda a normalizar la formación de colágeno, que tiende a reducirse con el paso de los años. El colágeno es uno de los componentes más abundantes de la piel y de él dependen diferentes propiedades dérmicas, como la hidratación y la elasticidad. Por ello, la vitamina C resulta fundamental para mantener un buen estado de la piel

Huevo

Todos conocemos que el huevo es una buena fuente de proteínas de gran valor nutritivo, pero, además, en la yema encontraremos nutrientes esenciales para la piel como la biotina, la vitamina A o el yodo, todos ellos son nutrientes que ayudan a mantener todas las propiedades dérmicas. Además, ese color anaranjado de la yema es debido a unos pigmentos llamados carotenoides, componentes que también se encuentran en nuestra piel, pero cuya presencia va disminuyendo con el paso de los años y debido a otros factores como la exposición solar.

Agua

Nuestro cuerpo contiene un alto porcentaje de agua, que en la piel representa alrededor del 70%. Es un alimento tan básico, que, a veces, nos olvidamos de lo importante que es para nosotros hidratarnos correctamente cada día. De forma generalizada, se recomienda beber entre 1,5 y 2,5 litros de agua al día para ayudar a mantener una piel hidratada y en buenas condiciones. Recordemos que en verano la sudoración aumenta considerablemente produciendo una gran pérdida de líquido que es necesario renovar. Agua, infusiones o frutas y verduras, que contienen una gran cantidad de agua, serán nuestros mejores aliados.

Salmón

Los pescados azules como el salmón aportan ácidos grasos omega 3, que son ácidos grasos esenciales que hay que consumir a través de la alimentación ya que no podemos sintetizarlos en nuestro organismo. Además de ser una fuente importante de vitaminas D y B12, su contenido en vitamina E, niacina y yodo, junto con el alto contenido en omega 3, resulta en una combinación perfecta para el cuidado de la piel.

Salvado de trigo

El salvado de trigo es uno de los alimentos más rico en selenio, oligoelemento que ayuda a proteger las células frente al daño oxidativo. Asimismo, es también un alimento rico en zinc por lo que la combinación de zinc y selenio también se verá reflejado en nuestro cabello y nuestras uñas. Se puede incorporar salvado de trigo al yogur, a los batidos o a los purés, así como mezclado con los cereales del desayuno.

Pipas de calabaza

Las pipas de calabaza contienen ácidos grasos esenciales, vitamina E, magnesio y selenio, pero particularmente son ricas en zinc. El zinc es un oligoelemento antioxidante con múltiples funciones que ayuda a mantener la piel en buenas condiciones. Además de comerlas como snack, se pueden añadir al yogur, incorporarlas a las ensaladas o añadirlas en pequeños trocitos en los rebozados para añadir un toque crujiente a nuestras recetas.

Debemos recordar siempre seguir una dieta equilibrada con alimentos variados, pero si además introducimos estos alimentos en nuestra dieta, ayudaremos a cuidar y mantener todas las propiedades de nuestra piel. Por supuesto, no olvidemos seguir un estilo de vida saludable, realizando ejercicio físico regularmente, evitando el tabaco, descansando las horas que nuestro cuerpo necesita y aprendiendo a gestionar el estrés. La combinación de todos estos factores se verá reflejada en una piel más radiante, cuidada y con un aspecto más saludable.

Formación Dietista Nutricionista diplomada por la Universidad del País Vasco y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad Complutense de Madrid, con estudios de postgrado en alimentación hospitalaria (Universidad de Navarra), obesidad y factores de riesgo cardiovascular (Universidad Nacional de Educación a Distancia) y legislación alimentaria (Ainia Centro Tecnológico).