Composición y propiedades del meadowfoam
En su composición destaca un altísimo porcentaje en ácidos grasos esenciales de cadena larga, lo que le confiere su gran estabilidad y resistencia a la oxidación.
Más concretamente, entre sus componentes sobresalen los ácidos omega-3, donde el ácido eicosapentaenoico (conocido como EPA) tiene un papel protagonista.
Se trata de un ácido que también se encuentra en el aceite de jojoba y que le confiere propiedades humectantes e hidratantes.
A ellos se suma, por un lado, la acción antibacteriana que mantiene tu piel y tu cuero cabelludo alejados de inflamaciones como eccemas, brotes de acné u otras afecciones.
Por otro lado, su acción de barrera protectora reduce los efectos de la climatología, la contaminación y la radiación ultravioleta.
Por último, es inevitable pensar que, gracias a los ácidos grasos que contiene, el meadowfoam se puede convertir en una suerte de superalimento para tu piel, revitalizándola, rejuveneciéndola y potenciando su belleza.