Cicatrizante
La centella asiática, por su contenido en triterpenoides, como el asiaticósido, el madecasósido y el ácido asiático, entre otros principios bioactivos, mejora la cicatrización de las heridas.
Esto se debe a que estimula el colágeno y la elastina, así como el crecimiento de los fibroblastos, y contribuye a la creación de nuevos capilares ayudando a crear matriz extracelular.
Por ello, es habitual que se use en el tratamiento de las cicatrices queloides que han sufrido una curación anormal, mejorando su apariencia.
Antioxidante
La centella asiática resulta una gran fuente de aminoácidos que protegen la piel del estrés oxidativo de las células causante de la aparición de arrugas y marcas de expresión.
Actúa reduciendo el efecto de los radicales libres y mitigando el envejecimiento prematuro.
Además, mejora la textura de la piel gracias a que por un lado, favorece la circulación ayudando a su oxigenación, y propiciando que los nutrientes lleguen con mayor facilidad a las células.
Por otro lado, al estimular la producción de colágeno, promueve la renovación celular.